‘Mi apuesta es la educación’

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Rodolfo Arango se define a sí mismo como un académico. Es candidato al senado por el Polo Democrático y parece en el tarjetón el número 14. Fue magistrado auxiliar de la Corte Constitucional durante siete años y por más de cinco columnista de este diario. Incursionó en la política de la mano de Carlos Gaviria Díaz, en su campaña a la presidencia en 2006, y hoy quiere recoger las banderas del expresidente de la Corte Constitucional en el Congreso de la República. Asegura que le apunta a llegar al Capitolio con una campaña austera, que quiere capturar el voto de opinión y especialmente el de los funcionarios judiciales y los estudiantes. No duda en contestar que su principal bandera es la educación pública y que su papel en el Polo es buscar que nuevas tendencias de izquierda se integren al partido.

 

¿Cuáles será los temas que defenderá si sale elegido?

Primero, la educación pública, gratuita y de calidad. Esa es la columna vertebral de mi propuesta, que además es a largo plazo. Y es que Colombia tiene que construirse como una sociedad de conocimientos, no como una sociedad extractiva; explotadora de los recursos naturales, porque cuando estos se agoten Colombia quedará en la inopia, como un país dependiente de todas las demás potencias. Colombia tiene que ser una sociedad de conocimientos y debe estructurarse sobre la educación. La educación pública debe ser la prioridad nacional por décadas. Eso significa triplicar el presupuesto y crear grandes programas para elevar la calidad de los maestros a todos los niveles. Desde el prescolar hasta la educación superior. Para eso necesitamos estar unidos como colombianos. Mi propuesta es construir una sociedad de conocimientos y eso no debería ser una cosa de un sector o de un partido político, sino una aspiración de la nación entera.

 

¿Cómo es lo de una sociedad de conocimientos?

Sueño con una Colombia en la que en cada ciudad haya un buen centro educativo. En los próximos 30 o 40 años, vamos a crecer demográficamente hacía unos 80 o 100 millones de habitantes y si llegamos a tener paz, las ciudades intermedias deberán construirse desde barrios, y esos barrios a partir de los colegios públicos. Ese debe ser el corazón del barrio. De manera que los niños puedan ir a pie o en bicicleta a estudiar y que toda la comunidad gire en torno a los colegios.

 ¿Para usted cuál es el principal problema dela educación en Colombia?

La calidad. Si bien en las últimas décadas el cubrimiento ha aumentado, los índices de deserción en los estratos inferiores son altísimos. Además, la calidad muestra que en los exámenes Pisa ocupamos el puesto 62 de 65. Somos casi el peor país en educación. Sobre todo en matemáticas, ciencia y leguaje, que son los puntales de una sociedad de conocimiento. Y allí hay un aspecto de fondo que afecta esa calidad y es el pésimo estado de los salarios y prestaciones del sector público, por ejemplo a nivel rural. Hay que ver lo que son los héroes: los profesores colombianos en zonas rurales luchando contra la adversidad. Esos son héroes. Y eso tiene que cambiar. Se necesita capacitación de los maestros, tienen que aumentar sus capacidades intelectuales y humanas, pero también tiene que ir acompañado de mejoras salariales y prestacionales. No podemos echarle la culpa a Fecode por todo.

 

Cuál es su diagnóstico de la educación en Colombia y cómo propone resolver sus falencias…

Es claro que si la educación no va de la mano de un mínimo vital para los niños desde el preescolar, en el sentido de una adecuada alimentación, de tal manera que haya un desarrollo óptimo de las capacidades de la persona, la cosa no va bien. Niños con hambre estudiando son personas que no tienen las condiciones para entregarse al conocimiento escolar y no van a llegar muy lejos. Así que en los preescolares hay que hacer un esfuerzo en cupos, pero sobre todo en el mínimo existencial. En otros países se paga una cuota por hijo a las familias que los llevan a estudiar. Algo parecido funciona en Familias en Acción y creo que esa es una política que va en buena dirección.


En primaria y secundaria hay que concentrarse en trabajar el pensum, ya que es algo desequilibrado. Le damos mucho peso a unas materias, fomentando un pluralismo en la educación pero no hay un eje fuerte en ciencias, matemáticas o idiomas. Eso repercute gravemente en las posibilidades de acceder a una buena educación superior. Así que creo que hay que fortalecer el área de la lógica, de las matemáticas, de las ciencias naturales y de lenguajes. Obviamente sin olvidar lo artístico y lo cultural.

Y a nivel universitario los datos son dramáticos. El 90% del quintil más rico de la sociedad, va a la universidad. Mientras que del quintil más pobre, solo el 9% va. Eso tiene que cambiar. En otros países el acceso a la educación es mucho más alto en los quintiles más bajos, porque hay una universidad pública que acoge a todos los sectores y que le da un bienestar a esos estudiantes para que también puedan estudiar. Por eso se debe asegurarse un mínimo material, en alimentación, en bienestar universitario para que se gradúen. No debe haber créditos con intereses altos o subvencionados. La educación es el sector más importante de equidad en un país y supone que todos tienen acceso a la igualdad de oportunidades. En argentina, por ejemplo, no hay exámenes de admisión a las universidades públicas. Eso hace que sea una educación más democrática. Allá, con el paso del tiempo va a habiendo una depuración que es a través de sistemas de rendimientos, entonces la barrera no está en la entrada, como pasa aquí.

 

¿Cómo es la campaña de Rodolfo Arango?

Básicamente mi campaña es una experiencia pedagógica. La idea no es llegar al Congreso con dinero, sino con ideas y carácter. La campaña va a costar $20 millones. Más las donaciones, que tienen un límite de $100 mil por persona. Y la idea es que los $20 iniciales ser cancelen con la reposición de votos. Entonces la apuesta es convencer a los estudiantes, a los jóvenes, a los maestros, para que quienes quieran romper con las viejas prácticas de la política clientelista me apoyen para llegar al senado. Quiero demostrarles a los jóvenes que la política es una cosa que nos concierne a todos. Que no podemos seguir relacionándola con la corrupción y el pecado sino que debemos recuperarla. Tenemos que quitársela de las manos a los grandes pulpos políticos que manejan esto como empresas. El apoyo del Polo, de su presidenta Clara López, pero sobre todo de Carlos Gaviria Diez es fundamental en esto. Soy el candidato de Carlos y me va acompañar en la gira por Colombia. Su apoyo es un gran respaldo para mí, porque la misión en el Polo es revivir en las tendencias existentes de forma tal que el partido sea pluralista y de izquierda.

Precisamente, sobre esas peleas que llevaron a la salida de diversas fuerzas de izquierda, hoy en Progresistas, Marcha Patriótica, U.P o Partido comunista, han sido motivo de crítica al partido, que inicialmente era una alianza de tendencias, ¿qué piensa de esas críticas?

El partido tiene que estar abierto a nuevas adhesiones. Nuevas tendencias de izquierda. Tiene que ser pluralistas. Uno de los grandes retos que tenemos como país es democratizar los partidos políticos. El Polo es un partido bastante democrático en sus bases, en sus sistema de elección de sus delegados nacional y finalmente de sus directivas, pero claramente eso tiene que abrirse más, para que sea más democrático.


¿Qué ha sucedido?

En el pasado se han tomado decisiones en coyunturas muy especiales que no podemos dejar de lado. Cuando el Polo decide no apoyara a Marcha Patriótica había un temor muy grande de que volviera a suceder la masacre de la U.P. Cuando la Marcha surgió hubo muchos señalamientos sobre sus relaciones con las Farc y el Polo no quería que sus integrantes fueran perseguido o eliminados por pertenecer a la guerrilla. Ya teníamos suficiente de eso. Y la posición fue que mientras no hubiera claridad sobre el planteamiento no sería posible apoyar el movimiento, menos cuando empezó como un evento social que adquirió un cariz político.

También se critica que ha sido sectario al no acceder a lo que terminó en la Alianza Verde..

El Polo acertó en esa decisión. Viendo lo que está sucediendo en la Alianza Verde, apostamos por construir un partido político coherentes. Que tenga ideología definida, consistente, y que le de confiabilidad a las personas. El Polo ha sido oposición, no recibe prebendas ni cargos. Y ahí empezaron los desacuerdos profundos con Lucho Garzón y con Gustavo Petro, que proponían acuerdos con el Gobierno , desatendiendo el ideario del partido . El Polo le apuesta a un partido responsable. Y creo que en esta coyuntura va a ser una apuesta ganadora, porque en con el umbral en el 3%y la ley de bancadas los partidos se van a desprestigiar si siguen operando por conveniencia. Mire el Partido Conservador, que se está disolviendo por las conveniencias políticas. Y la Alianza Verde parece más un caldo de grillos que un partido.

Fuente: elespectador.com

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  • Por: Wilmer Peñuela
  • febrero 12, 2014
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  • Colegios,Educación,Instituciones,
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