Convertir a Colombia en diez años en la nación mejor educada de América Latina, invertir el dinero necesario para lograrlo y trasformar las escuelas con estrategias que permitan revertir los bajos resultados del país en pruebas internacionales de calidad educativa, como las Pisa, fueron los retos que asumió el presidente Juan Manuel Santos la semana pasada tras recibir de la Fundación Compartir una propuesta que promete transformar la educación a partir del mejoramiento de la calidad docente. ¿Será posible? La pregunta queda en el aire.

Sin duda, este debate es un asunto urgente. “No es un secreto que la calidad educativa del país registra muy mal. A los empresarios, ciudadanos, políticos y líderes de opinión nos corresponde hacer una reflexión profunda de las problemáticas en esa materia. Tenemos que apoyar al Gobierno en el diseño de nuevas políticas que le permitan dar un salto”, dice el empresario Samuel Azout, expresidente de Carulla-Vivero y líder de la Fundación Fútbol con Corazón, dedicada a mejorar y prevenir el reclutamiento forzado y promover la igualdad de género.

Azout será el encargado de moderar el foro al que están invitados los líderes de las más grandes compañías del país: Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo; Orlando Ayala, vicepresidente senior de Microsoft; el experto internacional en primera infancia y reducción de la pobreza Hirokasu Yoshikawa, y Raquel Bernal, Ph.D. en economía de la U. de Nueva York y experta en asuntos educativos.

“Parte del debate se centrará en identificar, con los empresarios, cuál debe ser el rol del sector privado en el impulso de la transformación educativa. Será interesante escuchar qué tienen para decir líderes como Javier Gutiérrez, presidente de Ecopetrol. Finalmente, dirige la empresa más grande de Colombia”, dice Azout.

Esta discusión promete establecer cuáles son los desafíos que deberá asumir la sociedad colombiana si quiere acercarse a una meta tan ambiciosa como la que plantea el presidente Santos.

Las conclusiones quedarán consignadas en un documento de recomendaciones que luego llegará al Ministerio de Educación bajo un propósito simple: que cada colombiano entienda que la trasformación de la educación en Colombia necesita de su compromiso.

Fuente: elespectador.com

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